Cualidades y Cuidados de un Morral Técnico o Mochila de Montañismo

31 julio, 2019
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31 julio, 2019 Expedición Andina

Cualidades y Cuidados de un Morral Técnico o Mochila de Montañismo

Elaborado por: Expedición Andina C.A.  (Fabrica artesanal venezolana de equipos de montañismo, 2019)

¿El  morral es impermeable?

Existen gran diversidad de materiales en los que se fabrican los morrales: algodón, vinilo, poliéster y nailon. Hay que tener en cuenta que ninguna mochila es absolutamente impermeable, a pesar de que muchos fabricantes usan hilos de coser recubiertos de algodón o de nailon, son precisamente las costuras las que presentan cierta vulnerabilidad a la lluvia y a la humedad, contra esto se puede luchar revistiendo las costuras con poliuretano.

El nailon impermeabilizado sólo protege en realidad de una lluvia de corta duración, si hay que caminar bajo una fuerte lluvia se debe proteger la mochila con una capa o poncho, o envolverlo en una bolsa plástica de basura, e incluso meter en plástico todo lo  que queremos conservar seco dentro del mismo.

Es recomendable que la mochila sea lo más alargada y estrecha posible, ya que facilita la colocación de los objetos en su interior y mejora  su centro de gravedad. Que el tejido sea  bastante impermeable por dentro,  aunque no existen  mochilas completamente impermeables, porque debido a la fuerza del viento o a la lluvia continuada durante varias horas o días el agua acaba traspasando el tejido de nailon, mezcla de algodón y de fibra artificial o fibras sintéticas, se puede lograr que el agua no penetre por completo revistiendo la parte interior con poliuretano. También existen impermeables para mochilas de diversos tamaños que se extienden por encima cuando es necesario. Guardar en bolsas impermeables aquellos objetos delicados o que no es conveniente que se mojen es lo mejor. Al introducir los objetos en el interior de la mochila, se debe hacer secuencialmente, según las necesidades futuras. Antes de acabar de preparar el morral, es importante repasar la lista para verificar que no se ha olvidado nada. Proteger los instrumentos delicados, para evitar que se rompan durante la marcha. Organizar y planear con inteligencia para evitar sobrepesos innecesarios. Colocar el peso en el eje de gravedad del cuerpo, pues una mala distribución hará que durante la excursión se dificulte la marcha y la fatiga se duplica.

Planificar es importante, antes de emprender un viaje se debe dedicar un tiempo previo para estudiar las rutas, los mapas y el material que se piensa llevar. Así se tendrán más herramientas para poder hacer frente a todas las vicisitudes. Por ejemplo, para no fatigarse durante la marcha los pasos deben ser cortos, y cada diez de ellos, aguantar la respiración dentro de los pulmones hinchados. Al espirar violentamente el aire y aspirar de nuevo se olvida lo fatigoso del camino  y la dureza del mismo. Es preferible una marcha progresiva y regular que racionalice nuestras fuerzas,  y no reiniciar la marcha a un ritmo fuerte.

Antes  de comprar un morral, se debe comprobar la calidad de las costuras del tejido. Esta cuestión es importante ya que podría deshilacharse en la zona de la cremallera o con el roce con piedras u otros objetos.

¿Cómo improvisar una mochila?  

En caso de un morral de mala calidad que se dañe en plena excursión se hace necesario improvisar uno. Si el excursionista se ha cambiado de ropa durante la excursión, puede fabricar una mochila si con la ropa sucia. Se atan las perneras introduciendo una cuerda a través de las trabillas. A continuación se rellena el pantalón con los objetos que se desean transportar introduciéndolos de modo ordenado. Una vez metidos todos los objetos, se tira con fuerza de la cuerda haciéndola pasar por debajo de los pantalones. Se hace un nudo fuerte. Se doblan los bajos de los pantalones y las dos cuerdas que se han utilizado inicialmente para atar los bajos se unen a la cuerda de las trabillas que formaran las correas de  la mochila.

La caminata por la montaña

La marcha por terrenos montañosos presenta muchas dificultades y se aconseja que si no es un experto se busquen rutas alternativas. Lo que a primera vista puede parecernos una simple montaña, a la hora de la verdad puede convertirse en una cadena montañosa compuesta por múltiples elevaciones y valles que harán muy difícil la marcha. En estos casos hay que distribuir bien el peso por todas las partes del cuerpo y apoyar los pies firmemente en el suelo dejando la planta lo más plana posible para evitar rozaduras y ampollas.

La marcha en el monte debe ser pausada pero a ritmo constante. Si hay que bajar por pendientes muy abruptas nos podemos ayudar cuerdas, asegurándonos de que están bien atadas tanto en el punto de anclaje como a nuestro cuerpo. Es muy importante asegurarse de que cada nuevo asidero puede soportar el peso de nuestro cuerpo antes de dar el paso siguiente, con lo que se evitarán los desprendimientos causantes de tantas muertes y accidentes.  Nunca debemos apoyarnos en rocas móviles a no ser que sea absolutamente necesario. Hay que utilizar las piernas para levantar nuestro propio peso y las manos deben cumplir la función de equilibrio, y solo se debe mover una mano o un pie a la vez dejando los otros tres puntos  firmemente apoyados. Cuando estemos bajando por pendientes muy acusadas se aconseja mirar al frente y no abajo, ya que esto evitará posibles mareos  que nos harían perder el equilibrio. Para subir una montaña se emplea el sistema de zigzag, realizando la subida en forma de “S”.

En el caso de que tengamos que bajar una pendiente cubierta de nieve debemos hacerlo apoyándonos en nuestros pies y con una estaca para mantener el equilibrio. Esta también la utilizaremos para reconocer el terreno y cerciorarnos de que delante no hay grietas o hendiduras en donde podamos caer.

En zonas húmedas, como pasar un rio, lo primero que debemos hacer antes de introducirse en el agua es comprobar con una mano su temperatura, porque si el agua está demasiado fría puede producir efectos muy negativos en el individuo que van, desde una simple conmoción hasta una hipotensión o paro cardiaco. También hay que poner cuidado en el caudal del agua pues podemos ser arrastrados por este.  Prestar atención a los impedimentos que obstruyan el paso y dejarnos inmersos en el agua sin poder salir, como helechos o ramajes entrelazados que nos puedan enganchar dentro del agua.

Lógicamente, tendremos que explorar el terreno para familiarizarnos con él y así encontrarnos más seguros. Siempre tendremos que saber volver al punto de partida. Debemos observar con mucha atención los alrededores, la topografía, etc., y obligarnos a crear una imagen mental.

 

Cuidados del Morral

Básicamente alejarlo del fuego pues son materiales sintéticos. Guardarlo en perfecto estado, es decir limpio, sin restos de comida o sucio en general. Si está manchado pasar un trapo húmedo por la misma, evitar poner en contacto con detergentes fuertes. Asegurarse de que este seco muy seco antes de guardarlo. Para la limpieza del morral no use lavadora. Evitar usar la tapa convertible en koala más que el morral pues tiende a quedarse el morral sin la tapa tan útil en las expediciones. Al momento de los traslados recoger siempre las hebillas y correas para evitar ser prensadas en lugares como aeropuertos, taxis, carros en general.

En viajes en autobús o en mulas cubrirlos en una bolsa plástica para protegerlo. Al momento de empacar cuchillos u objetos cortantes como los crampones y piolet tener la precaución de evitar rasgaduras. De igual modo al cargar combustible evitar salpicaduras en el morral. Si observa un hilo suelto o una rasgadura atiéndala a manera de prevención, queme con cuidado los hilos sueltos, evite que se agrande el mal. Si es su gusto rocié las costuras del morral con productos impermeabilizantes especializados.   Un morral cuidado puede durar muchos años.

Consultas en: Redondela,  Antonia.(2001). 1000 Trucos de Supervivencia. España: SERVILIBRO EDICIONES, S.A. (2000). Manual para sobrevivir en la naturaleza. Las mejores técnicas de las Fuerzas Armadas. España: Ediciones Martínez Roca. Primera edición.