Los Caminos Andinos

17 septiembre, 2019
Posted in Andinismo
17 septiembre, 2019 Expedición Andina

Los Caminos Andinos

Elaborado por Expedición Andina C.A (Fabrica artesanal venezolana de equipos de montañismo, 2019)

Los caminos son característicos y fundamentales en las montañas, los montañeros los buscan, alguien los hizo y el caminante los transita por lo general en busca de un objetivo: la cumbre, el santuario, el poblado o caserío, el potrero o sitio donde se alimentan los animales, el conuco o terraza de siembra.

Este articulo busca el origen de los primeros caminos andinos, por lo que se refiere al Qhapaq Ñan o caminos incaicos (en quechua, Qhapaq Ñan o Inka naani).Los Incas, a lo largo de Los Andes, construyeron y potenciaron una densa red de senderos y caminos, intersectados por sitios específicos como Tampus, Tambo, Tambos Chaquihuasis (casa de los chasquis o mensajeros incas). Los Tambos servían como puestos administrativos de control y peaje de los centros de producción minera, agrícola, ganadera entre otros, a lo largo de miles de kilómetros desde el Sur de Colombia, hasta Mendoza en Argentina y Santiago de Chile. Todo este sistema estuvo vinculado geopolíticamente con el Cuzco, ciudad sagrada, lugar de residencia del Inca  y las deidades, centro neurálgico de todo sistema. La densa red de caminos incaicos, con una extensión aproximada de 40.000 km, fue la columna vertebral que sostuvo este imperio precolombino y se trata, según el arqueólogo J. Hystop, de “la mayor evidencia arqueológica de la prehispánica americana”. El Qhapaq Ñan o Inca Ñan (camino del Inca), era la vía de comunicación que unía los diferentes pisos ecológicos de la vasta geografía del Tahuantinsuyu (Imperio Inca) y representaba simbólicamente al poder y la autoridad del Estado Inca.

El camino estaba exclusivamente destinado a tareas estatales, y existía un riguroso control mediante puestos de peaje, de observación y de vigilancia distribuidos de maneras equidistantes y conectadas visualmente entre sí. Estos caminos alcanzan su máxima expresión simbólica cuando conducen hacia los santuarios de altura como el Llullaillaco. Hoy nos parece increíble que se hayan construido caminos que asciendan hasta 6.739 metros, pero el peso de la realidad nuevamente nos hace admirar a esta cultura de hombres y mujeres que hicieron de la montaña un objeto de culto, tan magnánimo como para que se justifique tremenda labor constructiva y la entrega d sus seres queridos como ofrenda a los dioses (momias encontradas en la altura a partir de 1998). Investigaciones efectuadas en el terreno indican que existen por lo menos dos caminos incaicos que llegan al volcán Llullaillaco, uno proveniente de la Salina del llullaillaco situada al este del mismo; el otro, del noreste posiblemente provenga de las proximidades de Socompa o con mayor seguridad de Chile, uniéndose ambos en un Tambo incaico ubicado a 5.200 metros. Recientes averiguaciones indican la existencia de otro camino por el suroeste. La ruta generalmente empleada por andinistas y arqueólogos, fue la que utilizaban los incas para dirigirse a la cúspide del santuario. La misma gana altura paulatinamente mediante un trazado en zigzag que asciende a través de la ladera este y se dirige hasta la propia cima del volcán, intersectado por unos cinco sitios en diferentes cotas altitudinales, que seguramente sirvieron de refugio y deposito a los incas cuando trepaban al volcán. Debido a los procesos erosivos y a los cinco siglos transcurridos, el estado de conservación del camino es malo, no obstante, todavía se pueden apreciar algunas hileras de rocas que servían de muros de contención y nivelación del piso. El ancho del mismo oscila entre 1.50 y 2 metros. Un detalle que llama la atención es la existencia de maderos o troncos de casi un metro de longitud en cada curva o ángulo del zigzag, los que aparentemente estaban erguidos para indicar el camino en caso de nevadas. La presencia de maderas en los costados de los caminos fue común en los desiertos andinos, pero no se había registrado hasta el presente en las altas montañas (1999). Hace cinco siglos, por este camino, ascendieron sacerdotes incas con tres niños que fueron ofrendados cerca del cielo, próximos a su deidad principal, el sol.Expedición Andina

Está fragmentada información será suficiente para que tengan una idea de la dimensión de la cultura que acompaña a los caminos andinos a través de toda la cordillera. Sus montañas poseen una característica distintiva que la diferencia de otras cordilleras, por lo que se debe respetar, preservar y difundir.  Es responsabilidad de todos cuidar a los santuarios de altura, para que las generaciones venideras puedan conocerlos y estudiarlos a profundidad. Ascender dichas cumbres es todavía hoy en día un reto; imaginar los rituales, los personajes de la sociedad andina, sus capacidades físicas, los momentos sublimes o dramáticos vividos varios siglos atrás, es un desafío que se suma al propio de la montaña, más aun si hablamos de cumbres que holgadamente superan los 6.000 m.s.n.m.  “Sembrar muertos para cosechar vivos” decían los Incas, pero ¿Cuál será la verdadera interpretación de estos rituales religiosos donde se sacrificaban seres humanos? Existen varias hipótesis que intentan explicarlos, pero el verdadero significado posiblemente nunca se conocerá. Transitar por la geografía sagrada de los andinos y sus montañas es como visitar un gran museo al aire libre, es retroceder en el tiempo y ponernos en contacto con otra cultura, con hombres y mujeres que dejaron su huella en el espacio y que hoy, en un dialogo diferido, intentamos descifrar (Fuente: whc.unesco.org/es/actividades/65/).

En Los Andes tropicales venezolanos encontramos caminos que fueron usados por los conquistadores para fundar sus poblados hispánicos que aun hoy se mantienen por toda la cordillera en perfecto estado, y se cruzan e interceptan a fin de trasladar los productos agrícolas de los distintos pisos climáticos.