Francisco Araque. Primer ascenso a las Nieves de Apure

19 septiembre, 2019
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19 septiembre, 2019 Expedición Andina

Francisco Araque. Primer ascenso a las Nieves de Apure

Elaborado por: Expedición Andina C. A(Fabrica artesanal venezolana de equipos de montañismo, 2019)

Agricultor y labriego nacido en la Hacienda Lourdes (que fue de  los Dávila y ahora es Doña Rosa), donde es empleado hasta el final de sus días. Además  de su trabajo con la tierra era un excelente montañés que realizaba guiadas a los exploradores, nacionales e internacionales, así como también picaba hielo en el glaciar para trasladar a Mérida obteniendo de parte de quienes le conocieron el seudónimo de “hombre del hielo”.  Muy conocido por toda la comunidad de oriundos de la sierra nevada de Mérida, ya que, su casa estaba ubicada en el camino entre Mérida y la población de Los Nevados. Fungía de posada para los viajeros provenientes de Los Nevados que llegaban agotados de caminar entre riscos y paramos durante todo el día. Llegaban en busca de comida y techo para pasar la noche antes de subir a la ciudad de Mérida que se vislumbraba al frente. Imágenes de esta Hacienda se encuentran en el audiovisual Expedición Volumen IX de Coraven (1992): Nieves del Trópico, donde resaltan sus características e historia en función a las expediciones que allí pernoctaban.

Araque se hace baquiano de la Sierra Nevada, a su vez desarrolla gran amistad con los nativos de Los Nevados. A raíz de ser el guía del famoso explorador venezolano Alfredo Jahn, adquiere fama y es muy buscado por los siguientes exploradores, por sus méritos muy bien ganados, pues no solo hizo la cumbre por primera vez de las Nieves de Apure o la Corona en 1911, sino que la travesía para llegar a la cima del hoy llamado Pico Humboldt, fue por la hoya del rió Nuestra Señora, lugar de difícil acceso y extrema peligrosidad hasta hoy en día. Los picos de las Nieves de Apure son bautizados por Alfredo Jahn Pico Humboldt (4942 m.) y Bonpland (4883 m.) que tienen forma de una corona con el glaciar al medio.

Así, este guía y explorador comienzan un sin número de expediciones de importancia en la altura alcanzada y en lo significativo de las investigaciones para las ciencias en Venezuela.

Según entrevista realizada en abril del 2009 a su hija Epifanía Araque Ramírez, de 83 años de edad, refiere lo que recuerda de su niñez con respecto a su padre como labriego, baquiano y cortador del hielo. Ellos fueron cinco hijos: Asunción, María Martha, María Teresa, Epifanía y Rafael Araque, todos fallecidos a excepción de Epifanía a quien entrevistamos a través de su hijo Henry Rivas.

Entre las amistades de Francisco Araque destacan  la familia Peña, vecinos de la aldea de Curazao en Los Nevados, quienes frecuentemente lo visitaban y compartían entre familias. Comparten la pasión por la alta montaña y se acostumbran así a realizar travesías conociendo la sierra a plenitud, los fuertes hermanos  Pablo y Domingo juntos al explorador guía.

Con el tiempo Domingo Peña, se hace acompañante incansable de Francisco Araque, aprendiendo del viejo experto a distinguir las rutas o travesías, el comportamiento de un montañés conocedor quien huele, siente y vibra con la montaña cada uno de sus cambios climáticos, cada una de sus leyendas. También aprenden el trato con los exploradores, venezolanos y o extranjeros, con muchos conocimientos científicos y ajenos a sus conocimientos naturales acerca de la Sierra Nevada venezolana.

Cuando Araque es contratado como guía natural de la Sierra Nevada de Mérida por  grupos exploradores, lleva siempre a varios hombres de su confianza para las expediciones. En ocasiones le correspondía a Domingo Peña quien se mantuvo muy cerca de este por considerarle un ejemplo a seguir, y se consolida una fraternidad entre muchacho y viejo. En la oportunidad en que Araque se enferma (1931), padeciendo una enfermedad parecida al paludismo luego de un viaje realizado a El Vigía, en condiciones delicadas de salud se había comprometido para guiar a un grupo de exploradores a los glaciares, se ve en la necesidad de acudir a hombres de su confianza para tal misión. Encarga a Domingo Peña,  quien en otras oportunidades le ha mostrado la tarea de guiar a los exploradores, según su hija era el preferido. Cuenta Epifanía que de los últimos grupos que su papa guió a la sierra nevada merideña era de unos suizos (W. Luthy y J E Smith), los cuales les dieron unas golosinas y chocolates de los que ella aún recuerda el rico sabor ya que era niña para ese entonces.

Es de resaltar que este baquiano de la Sierra Nevada de Mérida, tuvo varias ascensiones a las cimas nevadas como fueron el Pico El Toro (1910, 1922,1924, 1931), Pico Espejo (1910), primera ascensión al pico Humboldt y Bompland (1911), intento fallido al pico La Columna (1915, 1922 y  en 1931) en tres oportunidades.

Es así como se comienza el paso histórico de un guía legendario, experto  a otra generación donde resalta Domingo Peña con sus cualidades para atender a propios y extranjeros en la ardua labor de guía natural de la sierra nevada venezolana. Posteriormente Domingo Peña es el más conocido de los guía naturales y paso a ser el símbolo, el guía insigne de la Sierra Nevada de Mérida, que con una estatua  da reconocimiento cuenta a favor de la labor de estos labriegos oriundos y oficiosos que acompañaron a todos los exploradores, y se les reconocen las primeras ascensiones a las diversas cumbres andinas venezolanas. (Fuente: Representaciones socioculturales de los «guías naturales» de la Sierra Nevada de Mérida en los pobladores de Los Nevados y su impacto ecológico. En: http://saber.ula.ve/handle/123456789/45781 )