Elaborado por: Expedición Andina C.A (Fabrica artesanal venezolana de equipos de montañismo, 2019)
Cabe preguntarse ¿Montañismo venezolano o Andinismo venezolano? Ya que la cordillera por excelencia para practicar montañismo en Venezuela es la Cordillera de Los Andes, con las cumbres más altas y nevadas en el país.
El montañismo como deporte y recreación surge en el instante en qué las expediciones de carácter científico y académico van desapareciendo, junto a los guías naturales de la Sierra Nevada merideña. Los practicantes del montañismo se van formando como deportistas que se agrupan en clubs, se hacen expertos para guiar a los de menor experiencia y junto a ellos aparecen actividades conexas como escalada, rescate, excursionismo, campismo. Estos actores del andinismo introducen técnicas alpinas para llegar a las cumbres traídas por ingleses, alemanes e italianos que visitan la sierra. Dichas técnicas son apropiadas, poco a poco, de los experimentados alpinistas a los nacientes practicantes del montañismo.
Nace entonces el andinismo venezolano, aproximadamente entre las décadas de los años de 1940 a 1960, donde se recuerda como guía natural de la sierra nevada al oriundo Domingo Peña, quien fue sustituido progresivamente por la conformación de clubs o centros de excursionismo.
Se fundan clubes a nivel nacional tales como: Centro de Excursionistas de Mérida (1948-1951); Club Andino Venezolano (1952); Centro de Excursionismo Loyola (1938); Centro de Excursionistas del Real Colegio Seminario de San Buenaventura
de Mérida junto al Colegio San José de Mérida (1927-1962); Centro Excursionista de Caracas (1929); Centro de Excursionismo UCV (1958); Centro de Excursionismo ULA (1968); sus miembros son asiduos visitantes de la sierra nevada andina con instrucción técnica y acompañan a los menos expertos sirviéndoles de guía en la práctica del montañismo y excursionismo. Hoy en día existen muchas agrupaciones de montañeros, excursionistas y escaladores diseminadas por todo el país y el deporte incluye a las cumbres de la Gran Sabana, Amazonas y la Cordillera de La Costa.
Al definir Andinismo, se alude a un deporte extremo que consiste en realizar excursiones a través de la Cordillera de Los Andes, es decir por América del Sur. El montañismo es considerado un estilo de vida, pues no se trata de subir una o varias cumbres y por ello ser considerado andinista. Es desarrollar a través de los años una interacción con la montaña que, además de subir sus cumbres, el montañés es capaz de desenvolverse eficazmente en ella, evitando que se suceden accidentes o cuando menos incidentes. Por ello la montaña debe ser visitada en compañía de un montañista, preferiblemente oriundo y conocedor de la región, y no del excursionista ocasional.
Para ser considerado montañista, el excursionista tiene que experimentar cierto número de años en las montañas; de acuerdo al lugar de su formación será andinista, himalayista, alpinista, o montañero en general. Hoy en día el montañismo ha roto las fronteras, dando como resultado fenómenos donde un montañista venezolano puede que no haya incursionado en Los Andes. Lo que sí es imprescindible, es que el “montañero” comprenda y experimente el proceso, que no se limita a pisar una o varias cumbres, es un proceso más complejo que conlleva a una conexión hombre-montaña, que solo puede ser lograda con años de experiencia en ella. Mientras más experiencia, mayor humildad y el respeto que muestra el montañista ante la grandeza de la montaña y su indomable naturaleza.
El montañismo en Venezuela está conformado en sus inicios alrededor de Los Andes, por andinistas provenientes de diversos lugares del país, quienes ascienden a las cumbres nevadas venezolanas. También cuenta para los años ochenta, con escaladores profesionales que ascienden Tepuy en la Gran Sabana con difíciles técnicas de escalada. El movimiento del montañismo venezolano se puede considerar exitoso, nace para la segunda década del siglo XX, con más de setenta (70) años de reconocimiento como actividad recreativa y deportiva, donde los montañistas y andinistas venezolanos han incursionado distintas montañas del mundo: en la pasión por recorrer la cordillera más grande del planeta tierra han surcado las cimas de Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia; las de centro y norte América; montañas de Europa, África, Asia y Australia. En cuanto a alturas se han hecho vencedores de todas las alturas, en especial el 23 de mayo del 2001 cuando el equipo Proyecto Cumbre corona el Monte Everest (o Sagarmatha que en nepalí significa “Cabeza del Cielo”, o Chomolungma que en tibetano significa “Madre del Universo”), cima de máxima altura (8.848 m.s.n.m) en el mundo. Este equipo, Proyecto Cumbre, también ha tenido el privilegio de visitar ambos Polos, Groenlandia y muchas otras aventuras donde resaltan a nivel mundial como el equipo venezolano de montañistas.
Expedición Andina, coincide con otros autores al identificar el montañismo venezolano en periodos, que consiste en grupos de personajes que han contribuido en el desarrollo de esta disciplina y su constante evolución. Etapas del montañismo venezolano:
*Desde 1950 a finales de 1964, identificado como el grupo de transición entre el ascencionismo heroico y el ascencionismo deportivo recreativo. Se caracteriza por la desaparición progresiva de los guías oriundos de la Sierra Nevada merideña. Las ascensiones minimizan los objetivos científicos y enaltecen los objetivos deportivos con numerosas visitas a las recién conquistadas cumbres más altas de la sierra. Se afianzan los clubs de excursionismo y montañismo del país alrededor de Los Andes venezolanos.
*Desde 1965 a 1980, fue una época de re-descubrimiento de la sierra nevada merideña, donde se incursionan las grandes cimas y las secundarias, abriendo retos en la conquista de paredes, precipicios y agujas de menor altitud y de gran dificultad técnica . Este grupo para el año de 1969, organizó la Primera Expedición Venezolana que visita sur América escalando en la Sierra Nevada de Santa Marta, luego se organizan más expediciones para visitar cumbres sobre los 6.000 m.s.n.m. en Ecuador y Argentina. Son montañistas y excelentes escaladores de todo el país, que se dan cita para incursionar y en algunos casos para dejar la vida en las difíciles condiciones de las montañas nevadas.
Tal es el caso, como muchos otros que valdría la pena resaltar, de Jorge Eduardo Burguera Mora (1949-1971) fiel representante del andinismo merideño y venezolano de este periodo. Es considerado un personaje de trayectoria en el ámbito del andinismo venezolano que dejó un legado para las generaciones futuras de montañistas en la cordillera andina, ya que habría de realizar en pocos años, las más notables escaladas dando impulso al deporte en la sierra nevada andina venezolana. Burguera, era totalmente opuesto al montañismo heroico y repetitivo, que durante largo tiempo fue el quehacer de los andinistas de la zona. Hizo todas las vías clásicas, realizando variantes en algunas de ellas, y siempre en la búsqueda de lo desconocido o por hacer. Con su carácter y modo de entender la montaña, impulso dentro de sus amigos el espíritu aventurero y expedicionario que trascendió a los países andinos. Incluso el Centro de Excursionismo de la ULA , del cual fue fundador, recibió medallas en los VI Juegos Bolivarianos de 1970 por hazañas deportivas realizadas junto con los miembros del centro de excursionista de la ULA.
*Desde 1985 a 1999, período con excelentes expediciones de venezolanos a Sur América: Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú, Argentina, Chile. Los montañistas de todo el país viajan como centros de excursionismo en grupos, en solitario, en grupos independientes
a buscar hielo glaciar, ascensiones a tepuyes vírgenes, grandes paredes, grandes retos. Estas iniciativas se dan a conocer en el medio a través de periódicos nacionales y regionales, revistas como Espacios Libre y de reuniones alrededor de un proyector de diapositivas para compartir las experiencias.Las mujeres comienzan a tomar un rol más activo en la ejecución del deporte, desde sus inicios en Venezuela el montañismo ha sido practicado por el género femenino, pero en esta década el número se incrementa, incluso se agrupan en la ULAMM unión latinoamericana de mujeres montañistas, quienes a inicio de los años noventa visitan el Pico Bolívar merideño.
Se observa la aparición de los Grupos de Rescate con actividades extremas como submarinismo, paracaidismo, montañismo y supervivencia en selva; en Mérida particularmente, muchos montañistas y escaladores nacen en los Grupos de Rescate.
Acompañado del montañismo, en los años ochenta, nace en la región central del país un fuerte impulso por la escalada de paredes, al punto de declarase como parque nacional a El Morro (Edo. Guarico), La Guairita o Cuevas del Indio( Edo. Miranda gran Caracas) para los años de 1983-86. En la década de los noventa se extienden las escuelas de escalada en muro artificial por todo el país con paredes naturales en los estados Mérida, Monagas y Falcón; y repunta una actividad distintas y acompañadas del montañismo, por estar en la misma federación deportiva.
Para los noventa, el montañismo venezolano se caracteriza por las primeras expediciones al resto del mundo. Son montañistas con ansias de practicar el mejor montañismo del mundo, donde el gran reto son los catorce ocho miles, y en todos los clubs del país se están preparando a sus mejores atletas para tales hazañas. Es el caso del montañista Carlos Rodríguez (1962-1999), de Mérida quien consigue para 1988, el primer Permiso solicitado por Venezuela a China, para escalar el Everest en El Himalaya. Permiso solicitado en nombre de un grupo de montañistas merideños y reseñados en el periódico de El Nacional (Octubre de 1988), por demás costoso, que es cancelado por la Fundación Terramar y da empuje a la Primera Expedición Venezolana al Himalaya. Es una expedición con montañistas de distintos clubs que asumen el permiso para ascender la cumbre del Pico Pumo Ri (7.161 m.s.n.m.), a unos ocho kilómetros al oeste del monte Everest y parten en 1991 con éxito. Este mismo año se asciende también a la cordillera del Pamir, y en la decada de los noventa se visitan cumbres en el Himalaya, Alaska, Patagonia, Africa, USA, y a lo largo de todos Los Andes.
A finales de la década de los noventa se retoma el rol del Guía de Montaña, desaparecido años atrás con el insigne Domingo Peña (1891-1977), y para los años 70 con Carlos Reyes (1949-2016). Se considera de nuevo al guía para incursionar la Sierra Nevada merideña, quien ahora es bilingüe, pertenece a una compañía de turismo y a su vez es montañista. Las compañías de turismo comienzan con la denominación de aventuras y terminan definiéndose con deportes extremos, ya que en lugares como el estado Mérida se pueden practicar excursiones y montañismo junto a la fundación de movimientos de actividades extremas como el rafting, cayoning, escalada de árboles, parapentes, snowboard sobre arena, ciclismo de montaña y Kayak; donde los participantes parten del montañismo, es decir son montañistas en un primer momento y luego van conformando estos deportes nacientes denominados extremos.
Pero también se encuentra al montañista, que a su vez ejerce otra profesión u oficio, lo cual le provee de recursos económicos para plantearse aventuras irresistibles financiadas por su profesión u oficio colateral. Dentro de los distintos oficios del montañista, para los años noventa se observa que muchos deciden trabajar y ejercer en torno al montañismo. Comienzan a aparecer iniciativas como empresas privadas (tal es el caso de Expedición Andina C.A.), asesores en lo educativo y formativo, compañías dedicadas al turismo en las montañas, compañías dedicadas a campamentos de aventuras, y un sinfín de posibilidades de trabajos alrededor de los montañistas que los obliga a profesionalizarse.
Se insiste entonces en la acreditación y para finales de los años noventa se retoma el periodo de la formación, la federación y en este punto los montañeses, luego de varios intentos, son capaces de inscribir una federación en el IND y Deportes para Todos: FEVME – 1997 creciendo a nivel deportivo. Se consolida un anhelo de varias décadas, donde el andinismo, montañismo y escalada son legalizados y se disponen a obtener financiamiento de parte del Estado Nación como cualquier otro deporte.
*Desde el 2000 a 2019, se trata de un grupo de montañistas venezolanos por el mundo, incursionando todo tipo de montañas y aventuras exóticas, representados a manera general, en el grupo Proyecto Cumbre, y los escaladores deportivos como grandes atletas, pues son quienes mejor han reportado en forma escrita y audiovisual sus incursiones desde el primer momento. Los otros, son poco documentados, mas no por ello menos aventureros o exitosos.
He acá el reto de poder mencionar a todas las expediciones surgidas para estas fechas de montañistas venezolanos por el mundo. Se trata de muchas y están en los álbum de fotografías personales, o cuando mucho de los clubs a los que pertenecen los asistentes. Aún la Federación Venezolana de Montañismo y Escalada fundada en 1997, sigue sin registrar y conciliar la información de los retos experimentados por los venezolanos alrededor del mundo.
Aparecen los niños y jóvenes menores de veinte años (20 años) como miembros activos de los clubs interesados en el deporte. Nacen páginas web, festivales de cine, congresos, exposiciones, concursos, vídeos todo alrededor de la práctica del montañismo. Este gran movimiento es aprovechado por agrupaciones para obtener financiamiento y poder incursionar en regiones del mundo con éxito.
Cabe destacar a los escaladores de muro artificial, quienes se encuentran en la misma federación del montañismo, que desde la fundación en 1997 han recibido cuantiosas contribuciones participando en eventos internacionales de escala a nivel mundial. En estos momentos los Juegos Olímpicos consideran a la Escalada un deporte Olímpico siendo una gran oportunidad para estos atletas y para esta federación.
Por su parte el montañismo ha manifestado varios intentos de homologación a nivel mundial, como en el año 1997 con instructores de la Escuela de Benasque de Alta Montaña, al más reciente en el 2014 con el auspicio del Estado a través Ministerio del Poder Popular para el Turismo, aun se sigue insistiendo en generar un reconocimiento nacional de la profesionalización del montañista, del guía y su importancia para que amantes de las montañas con fines recreativos sean visitadas sin generar perdidas irreparables..
El montañismo en este siglo XXI exige que se manifieste un sistema operativo que promueva organización, educación y formalidad a los montañistas venezolanos. Son personas que se apasionan por incursionar las montañas y permiten que las mismas dejen huellas en ellos, en sus estilos de vidas, en sus metas de caminar cumbres y más cumbres, inspirando a las nuevas generaciones.
Hay mucho que escribir del montañismo venezolano entre 1930 y la actualidad: nombres, sucesos, procesos, testimonios, géneros, que dan pie a más de un libro, interesantes por cierto, de los cuales ya tenemos varios ejemplares. El reto está en que la misma organización de los montañistas se proponga un sistema de recopilación de datos y comprobación de fácil acceso, donde se puedan tener a los practicantes del deporte, a sus aventuras, a sus experiencias en pro del crecimiento y la unión del movimiento de montaña de los venezolanos y, por que no, del planeta.
El montañismo venezolano se puede considerar exitoso con sus ochenta años de recorrido, sigue siendo una actividad deportiva y recreativa que llena los morrales de alegría, entusiasmo, deseos de ser mejor persona, da luz a los espíritus de quienes las visitan y sus cuerpos bajan llenos de salud psicológica y por lo general comprometidos con la ecológica. Y si su morral es Expedición Andina, seguro se sentirá con orgullo venezolano de cargar la marca de morral de su país.¡¡¡
En cuanto al sexo femenino en el montañismo venezolano hay que destacar su presencia desde los inicios hasta el día de hoy con gran empuje, pues no se han limitado a la actividad deportiva recreativa sino que se han manifestado como montañeras de alta montaña, escaladoras de alto nivel, rescateras y expertas guías en actividades del turismo de aventura.
Y los niños que incursionan desde joven por este deporte, son pues la gran inspiración para estos modestos artículos que Expedición Andina elabora, a fin de guiarles por tan hermosa actividad deportiva, recreativa, estilo de vida donde el ser humano es parte de la naturaleza.